miércoles, 1 de mayo de 2013

1º DE MAYO: DÍA DEL TRABAJADOR



El violento desenlace de la huelga de Chicago de 1886 que reivindicaba la jornada laboral de 8 horas fue el origen del Día del Trabajador que hoy celebramos en todo el mundo. Los trabajadores pedían ocho horas para trabajar, ocho horas para descansar y ocho horas para estar en la casa. Han transcurrido muchos años desde estas protestas a finales del siglo XIX pero la lucha por los derechos de los trabajadores está hoy más vigente que nunca.

 El capitalismo y la ola neoliberal que lleva los designios de la política y la economía en el mundo actual con el pretexto de equilibrar los presupuestos, está desmantelando todos los derechos adquiridos por los trabajadores en los últimos setenta años.  El argumento es que no hay alternativa, el pensamiento único se ha impuesto. Cada vez más estamos ante una sociedad dual, los ricos más ricos y los pobres más pobres, abandonando las señas de identidad de la sociedad occidental (Europa y América) donde las clases medias configuraban un panorama de estabilidad y de acceso a bienes y posibilidades de ascenso social a grandes capas de la sociedad.  
  El factor trabajo es clave en la economía, por sí solos la tierra y el capital no son suficientes, por tanto para que exista progreso se debe aplicar intensivamente aquél. Obviamente, tenemos que tener en cuenta la tecnología que ha venido a revolucionar los procesos de producción, de ahí que los trabajadores deban tener más formación para que la productividad mejore. Y ahí es donde radica la solución para las sociedades modernas industrializadas, en la distribución de la  riqueza  que nos proporciona un uso intensivo del trabajo y la tecnología. Ahora bien, los neoliberales apuestan por la mano del mercado, que él asigne los recursos, pero en los momentos actuales es exigible una intervención más decidida del estado para que haga una redistribución de rentas y éstas lleguen a todos los sectores de la sociedad, así aumentará la demanda (el consumo) y saldremos de la crisis en que estamos inmersos desde hace cinco años. 
Manuel Espinosa Ramírez
Abogado
    
  






lunes, 29 de abril de 2013

LA POLÍTICA FISCAL EN EUROPA

Según el informe de EUROSTAT, la oficina estadística de la Unión Europea, España está a siete puntos de la media de los 27 países de UE en presión fiscal. A la cabeza está Dinamarca con un porcentaje del 47,7 por 100. España se sitúa en el 31,4 por 100, en los últimos lugares. Sin embargo, en España las rentas del trabajo son gravadas por encima de las rentas del capital, al contrario que Francia, Reino Unido o Portugal donde éstas últimas aportan más que aquellas. En cuanto al impuesto de sociedades estamos en la media comunitaria. Del análisis de estas cifras tenemos que concluir que España tiene margen para subir los impuestos, ahora bien antes el gobierno tendría que combatir con más firmeza el fraude fiscal que en nuestro país se sitúa en torno al 20 por 100 de PIB según cifras optimistas. Pero es necesario que no recaigan todos los esfuerzos sobre las rentas del trabajo, sino que tienen que aportar más las rentas del capital, y sobre todo las grandes fortunas.
Manuel Espinosa Ramírez

domingo, 28 de abril de 2013

DESAPARICIÓN DE LOS PARAÍSOS FISCALES

Una condición sine qua non para que la economía mundial, y sobre todo la eurozona, se alejen del fantasma de la crisis en la que está instalada desde hace cinco años es la prohibición, erradicación y desaparición de los paraísos fiscales. Con una estructuras fiscales insolidarias e insuficientes los estados modernos no pueden cumplir con las obligaciones del Welfare State (Estado de Bienestar), tal y como se concibió después de la segunda guerra mundial. Los paraísos fiscales son verdaderos agujeros negros que engullen ingentes cantidades de dinero que las multinacionales y las grandes fortunas cubren de opacidad para no cumplir con sus obligaciones tributarias. Por tanto, en etapas de crisis los estados no pueden disponer de estos recursos económicos y deben endeudarse en exceso para equilibrar sus presupuestos. Toda esta situación tiene como consecuencia la desesperanza y la condena a la exclusión social para amplias capas de la sociedad de los países de los que se extraen los capitales.
    Manuel Espinosa Ramírez
Abogado